Deja un comentario Gradualmente se van develando las figuras claves que traerá el nuevo Gobierno de Mauricio Macri. Aunque aún no hubo pronunciamientos sobre quien ocuparía el Ministerio de Turismo ni los puestos claves de la dirigencia de Aerolíneas Argentinas, hay nombres que están sonando. En su mayoría no provendrían de la industria aeronáutica aunque sí tendrían conocimiento en el área.
Algunos de los tentativos acaban de ser nombrados para otras funciones; Guillermo Dietrich, secretario de Transporte del Gobierno de la Ciudad, era uno de los posibles pero ayer se confirmó que pasaba al Ministerio de Transporte de la Nación. Gustavo Lopetegui, CEO de LAN Argentina, pasa a ser un asesor económico de primera línea del nuevo Gobierno. Federico Sturzenegger, ex presidente del Banco Ciudad sonaba como una posible figura para la cúpula de la aerolínea nacional, pero tendrá a cargo el gran desafío de asumir como titular del BCRA, sucediendo a Alejandro Vanoli.
Otros nombres que aún circulan para puestos claves de Aerolíneas Argentinas son Fernando Dozo, ex gerente de Política Aérea de Aerolíneas Argentinas durante toda la década del 90 y ex presidente de la Cámara de Transporte Aereocomercial (JURCA). Isela Constantini, presidenta de la automotriz General Motors en Argentina, y Rodolfo Terragno, político de carrera proveniente de la UCR que, en su momento tuvo protagonismo en la privatización de Austral y en negociaciones con otras líneas aéreas en el país.
La conformación del nuevo directorio de Aerolíneas será una tarea compleja en la que Cambiemos pedirá rendición de cuentas al kirchnerismo enquistado en la aerolínea nacional y estaría dispuesto a negociar la permanencia de algunas figuras.
En ese sentido, Gustavo Simeonoff -abogado y ex titular de la unidad que intentó negociar los contratos de las privatizadas y que mantuvo diferencias con Mariano Recalde y La Cámpora– manifestó su voluntad de seguir adelante pese al cambio de gobierno.
Aunque Macri no volvió a hacer declaraciones sobre Aerolíneas Argentinas en la campaña electoral, dejó claro que seguirá siendo estatal y que el gran desafío es la eficiencia de la compañía, mejorar las condiciones comerciales, regulaciones, política de infraestructura aeroportuaria, conectividad, federealismo y el gran reto de dejar atrás sus años deficitarios.
