La aerolínea española Air Europa se ha quedado como uno de los pocos enlaces entre Europa y Venezuela tras los graves enfrentamientos de los últimos días en las calles de Caracas, y otras ciudades del país, luego de que se dieran cancelaciones generalizadas entre sus competidores como Iberia, Air France, Lufthansa, y compañías latinas como Latam Airlines y Avianca.
Air Europa, según Cinco Días, opera entre Madrid y Caracas los lunes, miércoles y viernes, teniendo este lunes previsto su vuelo a las 15,20 horas. Fuentes de la compañía aseguran que está decidida la salida y explican que la dirección “sigue minuto a minuto la evolución de los acontecimientos en Caracas” (Conviasa anuncia que suspende vuelos entre Caracas y Bogotá).
Iberia es ahora la que debe tomar una decisión sobre su operación del miércoles, después de citar a la “delicada situación de Venezuela” para anunciar el pásado sábado que cancelaba el vuelo del pasado domingo. En total, son una docena de aerolíneas las que han suspendido temporalmemte sus vuelos hacia o desde Venezuela.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha instado al gobierno de Venezuela a que respete los estándares globales para asegurar la competitividad y sostenibilidad del transporte aéreo en ese país. “Venezuela, desafortunadamente, está desconectándose del mundo en cuanto a la conectividad aérea se refiere”, ha dicho la IATA.
“Como cualquier país, Venezuela necesita una conectividad robusta y los importantes beneficios económicos que esta genera. Sin embargo, el gobierno de Venezuela no está cumpliendo con los requisitos necesarios para que esto ocurra, como la retención de 3.800 millones de dólares que pertenecen a las aerolíneas o un sistema de venta de combustible que perjudica a las aerolíneas internacionales en Venezuela,” manifestó Peter Cerdá, vicepresidente regional de la IATA para las Américas para IATA.
La negativa de Venezuela a repatriar los fondos de 3.800 millones de dólares de las aerolíneas viola los tratados internacionales de los que este país es signatario, como las disposiciones de los tratados de inversión bilaterales, que exigen la inmediata repatriación de los ingresos al país de origen de las compañías aéreas.