Deja un comentario El turismo mexicano amanece desolado por la victoria electoral de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, puesto que el nuevo presidente de la primera potencia mundial ha caracterizado su discurso por estigmatizar a México, y los efectos de este triunfo ya se están notando en la fuerte depreciación que está experimentando el peso entre fuertes caídas bursátiles en los parqués de todo el mundo.
La victoria de Donald Trump sobre Hillary Clinton en las elecciones presidenciales hacían caer al peso mexicano frente al dólar casi un 13%, es la peor caída de la moneda en 8 años. El titular de la Secretaría de Hacienda y el jefe del Banco de México (Banxico) darán el miércoles una conferencia de prensa luego de esta depreciación que llevó a caer hasta los 20.73 pesos por dólar un nuevo máximo histórico.
México evalúa además realizar subastas de swaps de tasas de interés, conocidas como TIIE, como parte de las medidas que tomará en caso de que Donald Trump gane la presidencia de Estados Unidos, y esto desencadene una intensa inestabilidad en el mercado. Las subastas serían similares a las que se empleó durante la crisis de 2008, y también se considera dar temporariamente mayor flexibilidad a las evaluaciones de riesgo de los fondos de pensión si la volatilidad afecta los mercados.
Los efectos del triunfo de Trump, por tanto, ya se han hecho patentes en el clima económico mexicano, que sume al turismo en la incertidumbre ya que empeora las expectativas para los ya contraídos resultados del mercado emisivo en los últimos tiempos a causa de la depreciación del peso, mientras las hoteleras esperan que no haya un gran impacto en el flujo turístico desde Estados Unidos (El turismo mexicano dice no temer a Trump pero suspira por Hillary).
Como muestra de su hostilidad hacia su vecino del sur, Donald Trump afirmó en el mes de junio: “Cuando México envía su gente, no envían a los mejores. Envían gente que tienen muchos problemas”, dijo. “Traen drogas, crimen, son violadores y, supongo que algunos, son buenas personas”. En aquel entonces el republicano sostuvo que México se estaba “burlando” de los Estados Unidos y aseguró: “Nos están ganando económicamente”.
Por lo tanto, no se espera que el presidente mexicano Enrique Peña Nieto vaya a tener precisamente a un aliado en la Casa Blanca pese a la visita que hizo el magnate al país en septiembre, cuando ya se negó a pedir disculpas por sus palabras hacia los mexicanos. Se sabe que había convocado de urgencia a su gabinete tras hacerse evidente que Trump iba a ser el nuevo presidente de EEUU.
Otro aspecto a tratar sería la relación comercial, basada hoy en el Tratado de Libre Comercio con México y Canadá, que Trump quiere renegociar. También el arancel del 35% que, ha asegurado, impondrá a las manufacturas realizadas en México por empresas estadounidenses que luego se exportan a EEUU. Carstens ha asegurado en varias ocasiones que para México una posible victoria de Trump sería como un “huracán mayor a categoría cinco”.
Al margen, Trump ha logrado unir a los mexicanos en su contra como ningún candidato antes. Propuestas como la deportación masiva o la del famoso muro, que ha mantenido y reiterado hasta su último día de campaña, han llevado a que sea misión imposible encontrar un mexicano que sienta la más mínima simpatía hacía él. De acuerdo con una encuesta nacional realizada por El Financiero recientemente a sólo el 2% de los encuestados le gusta la idea de que Trump sea el nuevo presidente de EEUU.
