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El bus rojo Gray Line es toda una novedad en la ciudad de Buenos Aires y empieza a competir con el clásico amarillo (Rotamund) tras una licitación lanzada por el ENTE de Turismo de Buenos Aires. La compañía busca que el canal central de sus ventas sean agencias y turoperadores, confiando en que en los próximos meses aumente el turismo receptivo en la capital argentina.
La adjudicación se había concretado antes de la pandemia y el bus Gary Line sólo pudo operar dos semanas antes del confinamiento. Ahora vuelve al ruedo centrando sus esfuerzos en la diversificación de canales.
Con Despegar y Almundo ya trabajan hace años en otras ciudades y actualmente el producto se suma a estas grandes OTAS. Asimismo, cuentan con local propio y conserjerías de hoteles, aunque a mediano plazo buscan priorizar agencias y turoperadores. Ese canal, consideran desde la firma, es el que puede convertirlo en un básico para todo visitante nacional o extranjero que compre servicios de vuelo y hotelería.
Se trata de una flota cero kilómetros, con un recorrido alternativo al que ya existía en Buenos Aires que recorre también las principales atracciones pero que agrega otros como zona norte de la ciudad y el estadio de River. De los 12 buses hoy están operativos la mitad puesto que el volumen de turismo en Buenos Aires hoy es moderado.
Martín Allera, director de Gray Line Argentina, se suma a la voz de otros tantos empresarios del sector que sostienen que “hasta que no se termine con los requisitos de PCR y complicaciones por menos conectividad, no se van a ver números similares a los de prepandemia”.
El sector privado del turismo en Argentina celebró la exitosa temporada de verano, sin embargo, los empresarios saben que todavía no toda la industria está operando al ciento por ciento, como informó REPORTUR.com.ar (El desplome del MICE vacía los hoteles urbanos de Argentina)
