Los agentes de viajes argentinos se quejan de la diferencia de tarifas hoteleras de los sistemas de reserva directa, de los aéreos y los precios preferenciales (además de la financiación) exclusivos de las grandes OTAs que acaparan el mercado.
Clientes que compran en Booking con tarifas a las que las agencias no acceden mediante sus proveedores, precios de aéreos que sólo acuerdan Despegar, Avantrip y Almundo, e incluso clientes que intentan persuadir a agentes de viaje y piden que se les mejore el precio equiparando a las grandes que lanzan súper ofertas.
Los márgenes de los productos y servicios más clásicos de la agencia se ven amenazados y numerosos agentes de viajes coinciden en que la manera de «reinventarse» o no seguir perdiendo competitividad es comenzar a vender productos de nicho y que sus agencias sean asociadas a X especialización.
Así ya lo han hecho algunas que se adelantaron. Una agencia con más de treinta años en el mercado se había volcado al deporte y en estos últimos cinco años se destacó en venta de circuitos de golf, encontrando una beta muy específica pero más rentable. «Con todo el riesgo que implica especializarse en algo tan restringido como turismo relacionado al golf, lo evalúo como un salto muy positivo que ha permitido posicionarme y ganarme un lugar que vendiendo genéricos ya no podría sostener», aseguró a REPORTUR.com.ar el titular de una tradicional agencia de Recoleta.
Otros han hecho lo suyo con venta de turismo rural y estancias, salidas para quinceañeras, tours destinados a mujeres, mientras que numerosos agentes argumentan las dificultades para rentabilizar los productos clásicos (cuyos márgenes en volumen hacían al negocio) que hoy son endebles y reconocen que necesitan una «vuelta de tuerca».