Deja un comentario Cada vez más usuarios de tarjetas de crédito y débito en la Argentina son víctimas de organizaciones delictivas que clonan los datos de los plásticos para utilizarlos en el mercado negro cometiendo estafas. Este tipo de fraude se vuelve cada vez más habitual en el país mediante el robo de información a través de compras por Internet, de cajeros automáticos alterados, y de transacciones en comercios cuyos empleados estén en complot con los delincuentes.
El abogado especializado en delitos informáticos Daniel Monastersky explicó que quienes delinquen virtualmente «guardan los datos de la banda magnética y luego los vuelcan en una tarjeta en blanco para poder operar», según publicó Diario Popular.
En el caso de los negocios, la duplicación de la tarjeta se puede producir a través de un empleado alertado por los delincuentes que utiliza una cámara para guardar los datos. Una situación similar puede ocurrir en los cajeros automáticos y también en «operaciones en sitios no seguros de Internet» o al intentar «pagar por teléfono, brindándole los datos a la persona equivocada» (…) «Son organizaciones a nivel mundial. Hay gente que recluta las tarjetas, otros que las compran y otros que hasta arman negocios», resaltó el abogado.
En ese sentido, recordó el conocido caso de Facundo «Sapo» Ciarlo, el estafador millonario que, a través de proveedores de datos en diferentes comercios, usaba tarjetas clonadas para comprar pasajes y revenderlos a través de una falsa agencia llamada The Frog Travel.
Para la industria turística este tipo de estafas cobran relevancia y alerta especial en un momento en el que la reconversión hacia el online es inminente y en el que la bancarización de las operaciones se viene incentivando incluso desde el sector público (Nueva resolución de la AFIP sobre los paquetes turísticos).
