Desde su llegada a Argentina en 2005, Latam cierra por primera vez dos rutas (Bahía Blanca y San Juan). Desde la empresa aseguran que los altos costos internos y el escaso margen para incrementar tarifas (la suba en el último año y medio alcanzó sólo el 7%) la obligaron a ajustarse el cinturón en rutas que no son rentables.
«Esta decisión apunta a garantizar la sustentabilidad de Latam en el mercado doméstico local y obedece estrictamente al desbalance entre costos operativos e ingresos generados. El cierre definitivo recae específicamente sobre San Juan y Bahía Blanca tras un exhaustivo análisis de los itinerarios, cantidad de frecuencias y factor de ocupación de estas rutas con respecto al resto de las operadas», indicó la compañía.
Una ecuación similar hace Aerolíneas Argentinas en sus últimos cambios de rutas o cierre de frecuencias.
En el caso de la hotelería es comparable el reclamo unánime sobre los costos fijos y la imposibilidad de trasladar esos cargos al precio final.
«Las políticas macro siguen sin dar resultado porque afectó a convenios colectivos y costos pero eso no se puede aplicar a la venta, si lo trasladamos deberíamos cobrar una tarifa de u$d 300 cuando internacionalmente sale 150. Entonces el que afronta esto es el empresario», dijo el director de Howard Johnoson, Pablo Albamonte.
Desde Feghra, éste ya es un reclamo que lleva la delantera en los últimos años. «El 44 % de la facturación, tanto en el caso de hoteleros como de empresarios gastronómicos, se desvanece en costos tributarios», dijo un dirigente meses atrás.
Aunque el sector muestra confianza en la gestión de gobierno actual, coinciden en que no hay un repunte real de la economía y que aún hay muchas cuestiones económicas macro a corregir.