La eventual reapertura del turismo internacional, tanto receptivo como emisivo impactará de lleno en el mercado cambiario. Pese a la presión de aerolíneas, reclamos del sector turístico y críticas de amplios sectores de la ciudadanía, pareciera que el Gobierno pretendería retrasar al máximo la reapertura del turismo, aún cuando tímidamente dijo que hacia el tercer trimestre habría alguna flexibilización del panorama. (Argentina fija el último trimestre para abrir al turismo internacional)

Si algo preocupaba al Gobierno pre pandemia era la balanza en rojo por la fuga de divisas y compras en el exterior vinculadas a viajes, con esta situación extraordinaria ha sido un alivio la caída sustancial del turismo emisivo. El Gobierno deberá enfrentar tarde o temprano este dilema. Una pérdida acelerada de reservas para hacer frente a los gastos en pasajes, hoteles o compras aumentaría las chances de devaluación brusca que el Gobierno busca evitar.

Mientras tanto, la actividad turística y todas las que giran en torno a ella, se encuentran en estado crítico y con gran incertidumbre.