3 comentarios Se conoció recientemente un audio de Roberto Palazuelos, quien es empresario hotelero, actor y ahora posible candidato a la Gobernación de Quintana Roo; pidiendo que le den 1o millones de pesos mexicanos al exasesor de Enrique Peña Nieto, Juan Carlos Limón para que limpie su imagen en redes.
Así mismo, indica en el audio a su interlocutor la estrategia que llevará a cabo para su candidatura, entre lo que destaca que hablen bien de El y que digan que se le están sumando todos los exgobernadores y lo están buscando los empresarios. Pero además menciona que mientras eso sucede, se quedará callado un rato para que se especule y luego saldrá a hablar con toda la fuerza.
Ni hablar ! otro gallo para el corral, así dirían YSQ en la kkamañanera.
Pero cambiar por el Senador José Luis Pech es un gran cambio positivo porque si se interesa desde hace mucho tiempo en proyectos de interés y en especial de Turismo, yo si le daría mi voto, pero la duda es «seguirá la doctrina de YSQ» ? por dos años mas o se podrá liberar de la kkdena que tienen todos hoy en día.
Qué pena de políticos que tenemos los quintanarroenses…..no hay ni uno solo digno de ser votado.
Mara, una inútil ladrona amloniana, Laura una mentirosa oportunista inútil que solo sabe ir a salir en fotos, MC en que pensaban en proponer al fresón mafioson de Palazuelos para gober.
Lo haría mejor cualquier vecino como gober que no esta bola de…..
Creo que para la siguiente ocasión hasta el Lic Palazuelos podría competir por la presidencia del país, con una estrategia y asesoría que la que tuvo.
En las elecciones del 2021 existió un hecho clave:
El nombre del Tartufo no estuvo en las boletas, y no pudo reflejar en ellas su popularidad. (que ya no es la misma de entonces)
Entonces en 2024, no estará su nombre en las boletas tampoco.
En las boletas estará una figura de Morena, cualquiera que sea, que hoy por hoy no es sólo menos popular sino invisible en comparación con Tartufo.
Esto es una realidad así como que en dos años seguirán en picada ya que ni siquiera tienen la intención de reconocer ninguno de sus errores por llamarle románticamente a todas sus corruptelas, por donde le vean están muy podridos, aunque a los idolatras del Tartufo lo nieguen o quieran con insultos cambiar la realidad.