1 comentario El presidente del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), Pablo Azcárraga, propone que a través del Consejo de Promoción Turística de México (CPTM), la Secretaría de Turismo condicione la entrega de recursos a los fideicomisos de promoción turística del país, provenientes del impuesto sobre hospedaje, debido a la opacidad que existe en su manejo.
Azcárraga destacó que salvo los fideicomisos de Los Cabos y Puerto Vallarta, el resto no rinde cuentas claras. Puso como ejemplo el caso de Cancún, donde se calcula un monto de mil 200 millones de pesos, de los cuales sólo 300 millones se destinan a promoción mediante publicidad, y del resto se desconoce su destino. Aunque de acuerdo a la Oficina de Visitantes y Convenciones del destino, las cuentas están claras (Hay transparencia en los recursos del Fidertur Cancún: OVC).
El también presidente del Consejo de Administración de Grupo Posadas confía que la llegada de Carlos Joaquín González al gobierno del estado ayude a ordenar esa situación en Quintana Roo, pues fue un tema recurrente durante su campaña (Admite Carlos Joaquín que puente lagunar está detenido por Tajamar).
Sin embargo, la situación se replica en el resto de oficinas de promoción en el país, por lo que considera que es oportuno un freno por parte de las dependencias. Aunque el también presidente del Consejo de Administración de Grupo Posadas, coincide con los fideicomisos, en que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) no ha devuelto al CPTM este impuesto retenido, y habla de una cifra de 3 mil 162 millones de pesos recaudado en 2015.
El empresario turístico concluye haciendo un llamado al sector privado para alzar la voz y exigir, les sean retornados los ingresos que por ley les pertenecen, en función de promocionar los destinos mexicanos (Hoteleros de Cozumel hacen promoción a contracorriente).
Cuando una parte dice una cosa y la otra dice algo totalmente opuesto, algo está podrido… No dudo de que la SHCP no entregue a los Fideicomisos de Promoción Turística de la República de manera oportuna e íntegra, las aportaciones de los propios turistas para la promoción de los diversos destinos turísticos de la República. Sin embargo, a mi buen saber y entender, las Leyes Fiscales de México prohíben la etiquetación de los impuestos. Es decir, no se puede cobrar ningún impuesto previamente asignado a tal o cual renglón por lo que el impuesto hoy malamente llamado «hotelero» puede bien ir a «la olla» de la Secretaría de Hacienda y al momento de repartir el monto entregado a los Fideicomisos no coincida con la recaudado.
Así son las cosas en México. Igualito que de lo que se cobra por el litro de gasolina no se puede etiquetar un porcentaje para construcción y mantenimiento de las carreteras del pais, sean federales, estatales o locales. Todo va «a la olla» del Sr. Videgaray.