Deja un comentario En Quintana Roo no se dice abiertamente, pero me parece que nadie lamentó sinceramente el que el proyecto del Tren Transpenínsualar se cancelara.
Quizá algunos lo lamenten por el lado económico, los constructores sobre todo, pero la verdad creo que pocos estábamos convencidos de que un proyecto de esta envergadura realmente ayudara económicamente a Quintana Roo.
Es obvio pensar que si Ivonne Ortega lo propuso desde su campaña para la gubernatura de Yucatán en 2006, era porque sonaba mucho mejor para nuestro estado vecino que podría atraer más turistas, de los que llegan a Cancún hacia tierras yucatecas.
Siempre lo quisieron disfrazar diciendo que el desarrollo seria igual en ambos estados, pero, si como estaba el proyecto original, el tren hubiera llegado a Punta Venado, no sería de ninguna ayuda.
Lo que sí habría la posibilidad de mover con gran facilidad cantidades masivas de turistas que desembarcaran en el muelle de Calica en Punta Venado para Valladolid, Chichen Itza e Izamal por ejemplo.
Sin embargo, aun así, yo por lo menos me preguntaba, ¿eso justificará la inversión de 12 mil millones de pesos? Lo cierto es que nos quedaremos con la duda, por lo menos por ahora y dudo mucho que alguien quiera levantar del piso un proyecto dos veces fallido.
Cuando Ivonne Ortega terminaba como gobernadora, en plena campaña presidencial Enrique Peña Nieto en su gira por la Península de Yucatan, hizo su compromiso, el número 243, firmado el 25 de junio de 2012 en Yucatán. El Tren Transpenínsular, estaba listo el proyecto ejecutivo, así se lo “vendió” Ivonne Ortega, parecía todo muy sencillo, trabajado durante 6 años solo para aterrizarlo.
Era matar dos pájaros de un tiro, pero no fue tan fácil, primero la viabilidad económica, luego la de logística y por ultimo la operativa ¿A dónde debería llegar el tren? ¿A Cancún? ¿Al aeropuerto? ¿A Punta Venado? ¿Derecho de vía? Demasiadas dudas, una crisis inesperada de flujo y la perfecta salida. Proyecto cancelado.
Y realmente en campaña fue la única promesa firmada para los quintanarroense, que verían con buenos ojos que un proyecto que cuesta mucho menos, como la recuperación de playas, o por lo menos uno de los puentes aun pendientes a través de la laguna se pudieran concretar.
Seria un premio de “consolación” para un estado que generó mas del 60% de las divisas que por turismo ingresaron al país, poco más de 11 mil millones de dólares en 2015. Y además, serían obras que directamente y sin duda alguna ayudarían a que Cancún y Riviera Maya sigan siendo favoritos de millones en el mundo para sus vacaciones en la playa.
