Deja un comentario Iberia ha lanzado una innovadora clase intermedia entre su Business y Turista, a la que ha llamado Turista premium, que cuenta con ventajas a caballo entre sus dos tradicionales productos. La compañía de IAG instalará esta cabina en todos sus 37 aviones de largo radio en los tres modelos que espera tener en el próximo trienio de incluirse el Airbus A350. Estamos por tanto ante una decisión de alcance. Quizás sería demasiado hablar de revolución, pero casi.
La nueva turista premium ofrecerá un producto único, con butacas más anchas y mayor separación frontal, para una configuración 2-3-2. El asiento se podrá reclinar un 40 por ciento más que el de turista. La comodidad sentado es el gran activo de esta clase, más allá de otros servicios como pantallas más grandes, copas de bienvenidas, neceser y demás atenciones (Air Europa prevé el fracaso de la clase turista Premium de Iberia).
Iberia aspira así a captar al viajero que va en turista pero también se arriesga a perder a algunos que vayan en Business. Pero en cualquier caso se sube al carro de las grandes aerolíneas, que todas cuentan con tres productos diferenciados, aunque a una escala superior entre primera, ejecutiva y turista. Y su movimiento coincide con la ofensiva por su principal mercado, América Latina, de las compañías más dispares, el lujo de Golfo con las low cost.
Emirates y Qatar, hasta la fecha, solo vuelan a Sao Paulo y Buenos Aires, pero proyectan hacerlo también a Ciudad de México, Bogotá o Panamá. En paralelo, la low cost Norwegian ultima su aterrizaje en Buenos Aires, y tiene en el foco a Bogotá, Santiago o Lima. Es decir, que el viajero en un par de años pasaría a contar con cinco clases donde elegir. Desde el lujo supremo de las aerolíneas del Golfo, hasta el producto más básico de las low cost. Un cambio de enjundia (La low cost Norwegian llegaría también a Colombia, Chile y Brasil).
