Al menos un pasajero murió y más de 30 personas resultaron heridas este martes en un vuelo de Londres a Singapur que sufrió fuertes turbulencias. «De repente, el avión empezó a inclinarse y hubo temblores. Después, comenzó a caer, por lo que todos los que no llevaban el cinturón de seguridad puesto salieron disparados contra el techo. Algunas personas se golpearon la cabeza con las cabinas de equipaje y las abollaron». Este es el testimonio que recoge Reuters de uno de los pasajeros, un estudiante de 28 años llamado Dzafran Azmir.
El Boeing 777-300ER de Singapore Airlines, que transportaba a 211 pasajeros y 18 tripulantes, fue desviado al aeropuerto de Suvarnabhumi, en Bangkok, donde aterrizó a las 15.45 hora local. El avión cayó bruscamente unos 1.800 metros en sólo cinco minutos mientras atravesaba el mar de Andamán y se acercaba a Tailandia.